dilluns, 28 d’octubre del 2013

Indicadores de éxito en el aula

De cara a nuestra actividad docente, debemos plantearnos la búsqueda de indicadores de éxito, es decir herramientas, que nos ayuden a obtener un porcentaje de éxito lo más elevado posible, en el trabajo con nuestros alumnos, y particularmente con aquellos que sufran algún tipo de limitación, como el transtorno por déficit de atención.

Basándome en mi experiencia docente, he llegado a algunas conclusiones positivas y negativas, con respecto a algunos de éstos indicadores. La opinión de los compañeros siempre es muy interesante para mi, pues suelo poner en práctica actuaciones que escucho o leo, y que imagino que podrían aportarme positividad en mi entorno docente.

Paso a resumiros algunos de estos indicadores, que bien he descubierto en mi experiencia propia, o provienen de cosecha ajena:

  • Pautas rutinarias: De cara al aprendizaje, he comprobado que prefieren y trabajan mejor, siguiendo siempre unas mismas pautas, que no son más que diferentes etapas en la consecución del objetivo, que es el de comprender perfectamente el concepto explicado, y pasar a aplicarlo de forma práctica, primero a un nivel más sencillo, para pasar posteriormente a aplicarlo a niveles más complejos. Se puede incluir aquí también un aspecto motivador hacia el alumno, si cada vez que alcanzan una de estas etapas con éxito, les premiamos por ello. Al tratarse de alumnado de Formación Profesional, siempre partimos de una base teórica básica, y pasamos a aplicar el conocimiento obtenido sobre la práctica particular de su especialidad.
  • Motivación al participar con éxito en la consecución de un objetivo común: en los ciclos formativos solemos realizar mucho trabajo en grupo, a veces entre todo el aula, y en estas actividades, el alumno con TDAH sale muy reforzado si se le logra integrar en la actividad común, y se le reconoce su parte de mérito en la consecución del objetivo.
  • Contacto con la familia: para mi es muy importante la coordinación con la familia del alumno con TDAH, para plantear estrategias comunes, y no trabajar en direcciones distintas, en el centro, y en casa. Es importante que el alumno, siga siempre las mismas rutinas, y no sean diferentes en el aula y en su hogar.
  •  Creatividad y originalidad: En la mayoría de ocasiones, el que transmitamos a nuestros alumnos un conocimiento de forma que lo puedan asimilar y entender, no depende tanto de lo bien que lo sepamos nosotros, sino de encontrar el camino adecuado, la forma correcta que permita 'acercárselo'. Aquí es donde nuestra originalidad, nuestra imaginación nos puede ayudar.
  • Terapia Psicológica-Psicoeducativa: Trabajo a realizar por parte de especialistas, utilizando refuerzo académico, emocional y conductal, para tratar de reconducir la energía impulsiva propia del alumno con TDAH hacia actividades productivas en el aula. Mediante esta terapia, el alumno deja de comportarse como un ser que se mueve por impulsos incontrolados, y aprovecha su 'espontaneidad' de forma controlada, para conseguir mejores resultados en sus actividades dentro del aula.
  • Medicación: En la mayoría de ocasiones, se ha observado que la medicación del alumno, de forma controlada y supervisada por un médico, ayuda muchísimo en el control de los impulsos y la canalización de la energía hacia un mejor aprovechamiento del aprendizaje. Este indicador necesita de la coordinación de médicos, especialistas, padres y profesores, y de la aceptación y aprobación final de los padres, y es de muy diferente aplicación para cada alumno.
  • Ratio de alumnos por aula: A menor número de alumnos por aula, la atención que el profesor puede llevar a cabo sobre los alumnos con TDAH es mayor, de esto no cabe duda. El alumno con TDAH necesita siempre más, que el resto de alumnos. También requiere de una mayor atención, supervisión y control. Por ello a los alumnos con TDAH, les beneficia mucho que el número de alumnos que exista en el aula, sea lo más pequeño posible.
  • Individualizar el aprendizaje: Indicador muy difícil de poner en práctica. Se trataría de descubrir la manera individual de hacer llegar el conocimiento a cada alumno con TDAH, y una vez sepamos cual es, aplicarla con cada uno de estos alumnos. Casi imposible de implementar por falta material de tiempo. Se necesitaría la colaboración de los especialistas del centro.
     

divendres, 18 d’octubre del 2013

En la diferencia, está la riqueza

Cada mañana, mientras mis alumnos van entrando en el aula, observo el comportamiento de cada uno de ellos, como caminan, sus gestos, sus miradas, y me sorprendo ante tanta variedad, tanta diversidad.

Niños prácticamente de la misma edad, que posiblemente compartan miles de aficiones, miles de deseos comunes, muchísimas aspiraciones, y que sin embargo sean mundos independientes, aislados en la inmensidad.

Ante este panorama, siento en mis propias carnes una tremenda sensación de responsabilidad, ante tanto trabajo por hacer, tanta diversidad en la que mediar, y de la que sacar provecho.

Aunque sea difícil de ver, en la mayoría de ocasiones, podemos sacar provecho de nuestras propias diferencias con respecto a los otros: podemos y debemos enriquecernos de lo que los demás tienen, y no tenemos nosotros, y al mismo tiempo aportarles a ellos nuestras principales virtudes, las cosas que nos diferencian. Se trata por tanto de un enriquecimiento recíproco: yo te doy, y tú me das. Todos ganamos así.

Miro hacia la parte final del aula. Ahí está J, sentado solo, no para un segundo de moverse. El resto de compañeros no quieren sentarse con él, pues dicen que les molesta, que no pueden seguir la clase a su lado. J está triste, pues siente que no es aceptado. Quiere dejar de moverse, pero no puede. Quiere tranquilizarse, pero algo se lo impide. Necesita cariño, necesita sentirse parte de todo esto.

Llegamos a la parte práctica, y yo, el profesor, me siento al lado de J, soy su pareja en esta fase de desarrollo de los ejercicios. Me acerco a él, y le acaricio el cabello. La expresión de su cara cambia por completo, incluso deja de moverse tan insistentemente, y me mira, devolviéndome una sonrisa cómplice. Comenzamos a trabajar, y J lo da todo, no se guarda nada para si mismo. Quiere ayudar, quiere contribuir al proyecto común.

Cada subgrupo trata de sacar adelante su parte del proyecto. Cada subgrupo depende de los otros subgrupos, y por tanto todos se necesitan mutuamente. En este tipo de actividades, cada niño podría decir a otro cualquiera: "de ti depende, de ti dependo", y sería completamente cierto.

Alboroto generalizado, niños de un subgrupo preguntando cosas a los de otro subgrupo. Niños que se me acercan y me piden ayuda. Ideas que sobrevuelan el aula, y que son necesarias para sacar esto adelante.

En un instante concreto, se produce una crisis generalizada en el proyecto común. ¡No sabemos seguir, profe! ¡Estamos en un callejón sin salida! Algunos nubarrones negros sobrevuelan por encima de nuestra aula de prácticas. J levanta la mano, y no le tiembla, por primera vez en mucho tiempo. ¡Ya lo tengo!, dice, ante la carcajada generalizada de sus compañeros, que intuyen que está de broma, y que está a punto de liar una de las suyas. J se levanta, lenta, pausadamente, con talante sereno, coge el rotulador y escribe un par de instrucciones en la pizarra. Dibuja también un sencillo algoritmo, y un esquema de como desarrollarlo. ¡Con esto podríamos salir del paso!, dice J humildemente. Yo, no puedo dar crédito a lo que mis ojos estaban viendo, y a lo que mis oidos estaban escuchando. J acababa de proponer la solución más sencilla, y a la vez más genial, que habría podido imaginar. Los compañeros, primero de todo, no sabían que decir, quedánsode petrificados y sin palabras. Luego, uno de ellos, espontáneamente, comenzó a aplaudir, contagiando al resto de la clase, que se fue uniendo, poco a poco, hasta construir entre todos una tremenda ovación, con un gran estruendo, que por un momento, pensé que me haría ensordecer.

J permaneció delante de la pizarra, mirando a su alrededor, totalmente desorientado, sin saber muy bien que era lo que estaba sucediendo. Todos y cada uno de los compañeros, vinieron a abrazarlo, y él, sin saber por qué, comenzó a llorar. Al final del todo, me acerqué hasta él, le abracé con todas mis fuerzas, y mirando hacia el resto de la clase, dije: ¿Veis? ¡En la diferencia está la riqueza!

dimarts, 8 d’octubre del 2013

Presentación y objetivos del blog

Hola y bienvenidos a este blog, que pretende ser una herramienta de utilidad, para abordar en las aulas, la problemática de los alumnos con diagnóstico de TDAH.

Me presento antes de todo: mi nombre es Diego Torres Vera, y soy profesor técnico de formación profesional, y al igual que en el resto de especialidades, me encuentro en mis clases con situaciones de TDAH diagnosticada, que necesitan ser ayudados y tratados como corresponde, para su correcto desarrollo y aprendizaje,

Este blog nace como un recurso para la actividad formativa del INTEF, 'Respuesta Educativa para el alumnado con TDAH', pero al mismo tiempo, quiero compartirlo y permitir su uso, para todos aquellos docentes que puedan requerir de su utilización.

Espero y deseo que los contenidos publicados en él, puedan ser de utilidad para muchos de vosotros.


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